En sí, la terapia de Osteopatía utiliza la manipulación física para aumentar la movilidad de las articulaciones, aliviar la tensión muscular y mejorar el suministro de sangre a los tejidos. Por tanto, suele ser implementada para la manipulación y el fortalecimiento de la estructura musculoesquelética, tratando los siguientes trastornos y alteraciones orgánicas:
Vale destacar, que la Osteopatía no es recomendable o apto para pacientes con Osteoporosis, cáncer, artritis, fractura ósea, hemofilia y alguna afección de coagulación sanguínea.
Generalmente, los pacientes visitan al osteópata cuando presentan:
En algunos pacientes es necesario descartar otras causas de síntomas musculoesqueléticos, por lo que son derivados a otras pruebas diagnósticas, que pueden incluir: